Los barcos abandonados en los puertos deportivos españoles son un problema creciente que puede suponer un riesgo para la seguridad de la navegación y el medio ambiente. No es un hecho nuevo, ya hace 10 años publicamos un artículo al respecto en el blog navegar.com.
Las embarcaciones abandonadas pueden representar un peligro para la navegación, ya que pueden obstruir los canales de navegación o representar un obstáculo para la navegación de otras embarcaciones. Además, las embarcaciones abandonadas pueden convertirse en un foco de contaminación, ya que pueden derramar combustible, aceites y otros productos químicos al agua.
El procedimiento para el tratamiento de estas embarcaciones es lento y complejo, lo que dificulta que los puertos deportivos recuperen las plazas que ocupan y eviten que se produzcan accidentes.
Demasiados barcos abandonados
En España, el abandono de embarcaciones de recreo en los puertos deportivos es un problema creciente. Según las estimaciones de la Asociación Nacional de Empresas Náuticas (ANEN), en los puertos deportivos españoles hay entre 10.000 y 12.000 embarcaciones abandonadas, de las cuales unas 4.500 son de más de 4,5 metros de eslora.
El abandono de una embarcación se produce cuando el propietario deja de pagar las tasas y tarifas del puerto, así como de realizar el mantenimiento y reparación de la misma. Esto supone un riesgo para la seguridad de la navegación y el medio ambiente, ya que las embarcaciones abandonadas pueden convertirse en un foco de contaminación y pueden representar un peligro para la navegación.
El procedimiento para el tratamiento de las embarcaciones abandonadas en los puertos deportivos españoles está regulado por la Ley de Puertos del Estado y la Ley de Navegación Marítima, en su artículo 302. En virtud de esta normativa, la Autoridad Portuaria competente puede declarar una embarcación como abandonada si cumple los siguientes requisitos:
- Que el propietario haya dejado de pagar las tasas y tarifas del puerto durante al menos tres meses.
- Que la embarcación se encuentre en un estado de abandono, es decir, que no se encuentre en condiciones de navegar o de ser utilizada para fines náuticos.
Una vez declarada una embarcación como abandonada, la Autoridad Portuaria puede proceder a su enajenación, ya sea mediante subasta o mediante adjudicación directa. El importe obtenido por la enajenación se destina a satisfacer los créditos que la Autoridad Portuaria tiene contra el propietario de la embarcación.

Agilización del procedimiento de enajenación por abandono
En la práctica, el procedimiento para el tratamiento de los barcos abandonados es lento y complejo. Esto se debe a que la Autoridad Portuaria debe realizar una serie de trámites administrativos, como la publicación de un anuncio en el Boletín Oficial del Estado para localizar al propietario de la embarcación, antes de poder proceder a su enajenación.
Este procedimiento puede tardar varios meses, lo que supone un problema para los puertos deportivos, que deben destinar plazas a embarcaciones abandonadas que no generan ingresos.
Además, el procedimiento actual puede resultar ineficaz para localizar a los propietarios de las embarcaciones abandonadas. En muchos casos, los propietarios de las embarcaciones abandonan el país o desaparecen, lo que dificulta que la Autoridad Portuaria pueda localizarlos.
En este sentido, algunas entidades relacionadas con la náutica de recreo han propuesto la introducción de modificaciones en la normativa para agilizar el procedimiento de tratamiento de las embarcaciones abandonadas. Estas modificaciones incluyen la reducción del plazo de tres meses para declarar una embarcación como abandonada, así como la posibilidad de que la Autoridad Portuaria pueda proceder a la enajenación de la embarcación sin necesidad de localizar al propietario.
Riesgos para otros barcos y el medio ambiente marino
A continuación, se presentan algunos ejemplos de los riesgos que representan las embarcaciones abandonadas:
- En 2021, una embarcación abandonada en el puerto deportivo de Málaga se desprendió de su amarre y colisionó con otra embarcación, causando graves daños.
- En 2022, una embarcación abandonada en el puerto deportivo de Barcelona se hundió, provocando una fuga de combustible que afectó a la fauna marina.
Estos incidentes demuestran que las embarcaciones abandonadas representan un peligro real para la seguridad de la navegación y el medio ambiente. Es necesario tomar medidas para abordar este problema y prevenir que se produzcan accidentes similares en el futuro.
Las modificaciones propuestas serían un paso en la dirección correcta. Al reducir el plazo para declarar una embarcación como abandonada y permitir la enajenación de la embarcación sin necesidad de localizar al propietario, se agilizaría el procedimiento de tratamiento de las embarcaciones abandonadas. Esto permitiría a los puertos deportivos recuperar las plazas que ocupan las embarcaciones abandonadas y evitar que se produzcan accidentes.