Con los alquileres de viviendas cada vez más caras era cuestión de tiempo que a alguno se le iluminara la bombilla y utilizara los barcos como alojamientos turísticos. Lo que se ha hecho durante muchos años en algunos puertos deportivos. Quizás con Barcelona como paradigma de la situación llegando a parecer las oficinas del puerto recepciones de hoteles de turistas. que no podían acceder al baño o al pantalán. Sin embargo, los puertos deportivos y las autoridades portuarias se han levantado en armas contra el uso de los barcos como alojamientos turísticos desde hace unos años. No solo en Cataluña, sino también en Canarias y otros lugares en los que la presión turística ha llevado a ofrecer apartamentos flotantes.

Port Olímpic, la picaresca contra la picaresca
Situado a solo unos metros de la zona turística de Barcelona. O mejor dicho, siendo parte de la zona turística de Barcelona. El Port Olímpic fue uno de los pioneros en poner trabas a los alquileres de barcos como apartamentos vacacionales. La primera acción fue la modificación del reglamento del puerto para limitar e incluso prohibir la actividad en sus dársenas. El director del puerto señalaba hace unos años que había armadores hasta con cinco barcos como alquiler vacacional en los pantalanes de las instalaciones. Con el reglamento modificado los armadores argumentaban que eran amigos, no clientes, los que ocupaban sus embarcaciones día sí y día también. Algo difícil de demostrar para los gestores del puerto. Así que utilizaron la picaresca contra la picaresca. Varios puntos de acceso mediante huella digital se convirtieron en la clave para impedir que los “amigos” o turistas deambularan por las instalaciones e hicieran uso más o menos comedido de ellas. Algo tan simple como entrar o salir del pantalán se veía imposible sin la huella digital autorizada. Lo mismo que ocurría con los baños. De este modo se logró reducir la cifra de barcos usados como apartamentos turísticos en el puerto de Barcelona, donde llegaron a suponer el 21% de los atraques de la instalación.
Curiosamente en 1991 entró en vigor el Decreto 277/1991, de 25 de noviembre, por el que se establecen los requisitos mínimos de funcionamiento de los barcos como alojamientos turísticos con motivo de los Juegos Olímpicos Barcelona 92. Que fue derogado por el Decreto 75/2020, de 4 de agosto, de turismo de Cataluña.

Las autoridades portuarias contra los barcos como alojamientos turísticos
En Canarias no fueron solo los puertos los que tomaron medidas, sino que la Autoridad portuaria también tomó cartas en el asunto. Pues amparados en la Ley de Puertos del Estado y de la Marina Mercante, algunos armadores utilizan los barcos como viviendas. Si bien la intención de la administración portuaria no era solo acabar con los alojamientos turísticos en los barcos, sino también prohibir su uso como vivienda. Algo que la normativa nacional no prohíbe.
Multas por el doble del valor del barco
Contaba el que fuera presidente de ANAVRE que llegó un asunto a su despacho de abogados relacionado con el alquiler de barcos como apartamentos turísticos. En resumen se trataba de un armador que tenía un barco bastante económico. Valorado en menos de 5000 euros. Matriculado en lista 7ª (uso no lucrativo -aunque todo parece cambiar-). Ofreciendo la embarcación como alojamiento para turistas a razón de 500 € a la semana. Lo que para algunos puede ser un buen precio y una gran experiencia cuando se va de vacaciones. Pues bien, desde Expedientes sancionadores de la Dirección General de la Marina Mercante le habían propuesto una sanción de 12000 €, alegando una falta grave contra la inscripción de embarcaciones de recreo.
Pero no solo las Capitanías marítimas estudian los modos de reducir el uso incorrecto de los barcos de lista 7ª. Agencia Tributaria también lleva a cabo inspecciones en los puertos deportivos buscando a los armadores que no han liquidado sus impuestos (barcos con banderas extranjeras obligados a pagar el impuesto especial sobre determinados medios de transporte por tener más de 8 metros) o que hacen un uso comercial de las embarcaciones si estar de alta en explotadores de embarcaciones.
Con todo, lo mejor antes de pretender ganar dinero con el barco es informarse de las normas en vigor (que están en continuo cambio) tanto a nivel nacional como local. Y ser prudentes para evitar las sanciones económicas que pueden llegar a suponer varias veces el valor de la nave. A fin de cuentas, tenemos un barco para disfrutar del mar, no para que sea un quebradero de cabeza.